“No hay que tenerle miedo a (Mauricio) Macri, tenemos que estar juntos. Voy a morir de pie, nos están cagando de hambre”. Luisa Sandoval, una psicóloga jubilada de 81 años, tomó el micrófono y con un hilo de voz convocó a repudiar los cambios en el sistema previsional. La mujer, que está en silla de ruedas, fue ovacionada.
Fue una de las manifestantes que rechazaron ayer la reforma en Tucumán. Miembros de organizaciones sociales, políticas, gremiales y de mujeres se reunieron frente a la Casa de Gobierno. Las críticas tuvieron como destinatarios al Presidente; al gobernador Juan Manzur, a los diputados del oficialismo provincial Pablo Yedlin y Gladys Medina y a la CGT. Recriminaron además la represión a las concentraciones que se concretaron en Buenos Aires.El momento de mayor tensión fue cuando un grupo prendió fuego a contenedores de basura que generaron una densa humareda.
“El Gobierno mete gases y balas. pretenden criminalizar al pueblo que se ha revelado contra la confiscación a los jubilados. Quieren quitarles $ 100.000 millones y les darán un bonito miserable”, bramó Ariel Osatinsky, del gremio de Adiunt. Vicente Ruiz, de la CCC, vivó a la clase obrera y a los jubilados. “Macri se va a tener que ir. Si la reforma se hace, intensificaremos la lucha. Es la única manera de torcerle el brazo a la política de hambre de Macri, que acompaña Manzur. Decían que iban a defender al pueblo y se arrodillaron”, gritó.